El veneno del campo. Fuente: El Correo
07/12/2010
Por Juan Antonio Sarasketa
Siempre ha rondado en la mente de los cazadores aquello de que «mata más la receta que la escopeta» y sus razones tendrán porque el último informe elaborado por el IREC (Ciudad Real), instituto dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Cinegéticas, en relación con el proyecto de identificación y cuantificación de los efectos de los plaguicidas agrícolas en la perdiz roja, vienen a corroborar el tópico. El informe en cuestión ha puesto de manifiesto que el consumo de semillas de cereal tratadas con el insecticida Imidacloprid o con el fungicida Tiram -ambos aprobados para el blindaje de la simiente del cereal- produce efectos dañinos de distinta magnitud en las perdices, incluyendo pérdida de peso, condición corporal y eventualmente la muerte.