La despensa bio, cada vez más llena. Fuente: El País
19/04/2010
El mercado ecológico lo aguanta todo. Comprar alimentos en cuya producción no hubiera ni pizca de pesticidas, modificaciones genéticas o productos químicos empezó siendo cosa de hippies. Ahora es la clase media y media-alta la que se apunta. Por eso cada vez es más fácil encontrar prácticamente de todo: a los tomates y la leche se han unido todo tipo de embutidos, cavas y hasta las comidas preparadas. Eso sí: no es bio todo lo que reluce. El mejor aliado para que nadie le mienta es mirar bien la etiqueta. El certificado no engaña.